El estado técnico de la bicicleta influye directamente en la experiencia de uso de la misma. Si tu bici llegara a desajustarse y no te percataras de ello a tiempo, podría romperse en medio de un recorrido provocándote una llegada tarde o incluso un accidente. Para evitarlo, vamos enseñarte una rutina de revisión que podrás hacer regularmente por tu cuenta: el ABC.

(A) Chequear el aire en las ruedas

Presiona las gomas para asegurarte de que estén infladas apropiadamente, deberían sentirse duras al tacto. Si necesitan aire, cuando estés bombeando la presión de aire debe estar en el intervalo escrito en la goma.

Ten en cuenta los siguientes valores de presión de aire optima en caso que no esté visible en tu bicicleta.

Tipo de bicicleta	Presión
De ciudad	45 a 60 PSI
Montaña	25 a 30 PSI
Ruta	80 a 130 PSI

Revisa las gomas para ver si hay daños serios o hilos sueltos, pues son indicios de que necesitan ser reemplazadas por nuevas.

(B) Chequear los frenos

En el caso de los frenos, hay dos cosas que comprobar. Primero, mira los tacos (o zapatas, o pastillas) de freno y asegúrese de que no estén desgastadas. Si están desgastados, entonces necesitan ser reemplazados inmediatamente.

Mueve los pedales hacia atrás y comprueba que la cadena gira suavemente en un movimiento limpio, sin rechinar. Verifica periódicamente que las bielas no estén en bucle, o si están apretando el perno. 

Si tu bicicleta tiene “liberación rápida” en las ruedas, revisa el poste del sillín y asegúrate de que los tres elementos estén bien cerrados. Por último, haz un breve paseo lento para chequear que tu bici funciona correctamente antes de salir a pedalear. Si algo no se ve, escucha o se siente bien, es recomendable que la lleves a revisar con un mecánico.